HA NACIDO UNA ESTRELLA
De vez en cuando, el mercado automovilístico nos sorprende con
la aparición de joyas de vocación deportiva que, como este Honda, impactan por su radicalidad y por un motor fuera de lo común. El nuevo Civic Type R esconde bajo su capó una especie de homenaje al motor. La joya mecánica del flamante modelo japonés prescinde del turbo, y tal vez por ello resulta tan especial. Se trata de un propulsor de gasolina atmosférico que cubica dos litros y que es capaz de alcanzar una potencia de nada menos que 201 CV. Por fuera, los apéndices aerodinámicos que rodean los bajos del coche ponen de relieve a simple vista sus pretensiones. Pero es al acceder al interior cuando uno se da cuenta realmente de su inusual genética. Los asientos son muy similares a los que se emplean en las competiciones automovilísticas, con el fin de ofrecer un alto nivel de sujeción lateral que impida el efecto de la fuerza centrífuga sobre el cuerpo. Y es que en un Honda Civic Type R, hasta el más mínimo detalle ha sido pensado para devorar las carreteras a un ritmo de vértigo.
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